La psicoterapia es una buena herramienta para estar mejor, con un@ mism@, con l@s demás y con el mundo. Sirve para entender lo que nos ocurre, a dentro y a fuera, para transformar lo que hay, para ir encontrando las soluciones, para ir encontrando nuestro camino y desarrollarnos; sirve para desencallar y desbloquear. Sirve, sobre todo, para vivir.
La terapia Gestalt es un modelo de psicoterapia, y es mi base de formación como Psicoterapeuta y también como Coach, así como la terapia que yo he recibido en los últimos años, y que más me ha servido a mí, y a aquellos con los que he caminado.
¿Qué es la terapia Gestalt?
La psicoterapia Gestalt fue creada hacia mitad del siglo pasado por el psiquiatra y psicoanalista alemán Fritz Perls. Tras años ejerciendo el psicoanálisis, sus profundas discrepancias le llevaron a desarrollar una teoría y práctica terapéuticas nuevas. En 1951 se publicó el primer libro que sentó las bases de la Terapia Gestalt. Dicen de él que era como ir a ver un milagrero, iba gente a verlo de todas partes del mundo, como se va a ver a un brujo, a uno que hace cosas nunca vistas; se veía que entraba una persona y salía profundamente afectada, con una visión diferente de las cosas, o por lo menos muy conmovida y, así, una y otra vez. Todos querían ir a verlo y trabajar con él.

La Gestalt se incluye dentro del tercer movimiento de la Psicología o Psicoterapia, la Psicología Humanista, por sus puntos en común y por poner el foco en la persona, en el desarrollo de su conciencia y sus potenciales. El primer movimiento de la Psicoterapia fue el Psicoanálisis, liderado por Freud, y cuyo precepto terapéutico simplificado podríamos decir que era algo así como “debemos ocuparnos del inconsciente; pues no haces lo que quieres, sino lo que manda tu inconsciente”. El segundo movimiento fue el la Psicología científica o conductista, liderado por Watson y Skinner, que decía “debemos ocuparnos de la conducta, solo de aquella parte de la persona que puede ser medida y observada con el método científico clásico”.
A estas dos tendencias reaccionó una tercera, el movimiento humanista, de la mano de Rogers y Maslow, principalmente, y dice que “el objeto del que debemos ocuparnos no es solo lo que se ve –la conducta-, ni aquello que no se puede ver –el inconsciente-, sino que debemos ocuparnos de lo que sí se ve, y que podemos llamarlo la persona, la conciencia, o el ajuste creativo entre la persona y el entorno”.
Con el humanismo, se rescató la idea de que si cuidas a la persona, si le proporcionas un ambiente empático, de seguridad, de cuidado, esta podrá desarrollar las potencialidades que lleva dentro de sí, a eso se le va a llamar crecimiento personal, o desarrollo del potencial humano, entendiendo que este desarrollo es una vía directa hacia el bienestar y la prevención de futuros sufrimientos.
Para la creación de la Gestalt, Fritz Perls bebió de muchas fuentes, se alimentó directamente del Psicoanálisis, y cogió conceptos que como el inconsciente o los mecanismos de defensa. De la Psicología de la Gestalt Alemana, incluyó un aporte significativo: la percepción de la persona está moldeada por su psique, es decir, que no percibimos la realidad tal como es, sino que esta depende de nuestra manera de mirarla, de nuestras costumbres, de lo que hemos vivido y aprendido, de nuestras necesidades, condicionando así qué partes vemos y cuáles no.
Los psicoanalistas Wilhelm Reich y Karen Horney también fueron una gran influencia para la Gestalt de Fritz; de Reich tomó el énfasis en el cuerpo: escucharlo, atenderlo, ver donde están los bloqueos y recuperar el flujo energético. De Horney, su compromiso humano y su terminología sencilla. Se nutrió del pensamiento diferencial de Friedlander, de la filosofía existencial y la fenomenológica, entendiendo la importancia de lo concreto, de lo obvio, trabajando en la observación de los hechos e incluyendo aquello que afecta a todo ser humano, como la muerte, o la soledad. Continúo nutriéndose del psicodrama de Moreno, trayendo a la terapia la recuperación del cuerpo, la expresión y la acción.
Y llegó Claudio Naranjo, su principal sucesor, y a todo esto le añadió más saberes que había encontrado en su camino y que le habían servido a él y a los muchos que había acompañado; le añadió la meditación, el Eneagrama, la espiritualidad, el desarrollo del Programa SAT, el arte, el movimiento auténtico, el trabajo con las figuras parentales, la sexualidad.. Claudio fue un buscador, un integrador y un maestro; Fue psicoterapeuta y formador de psicoterapeutas. Llevó la Gestalt y el Eneagrama por todo el mundo, y aunque falleció en 2019, su trabajo aún continúa.
Según su forma de verlo, la Gestalt es, fundamentalmente una actitud, que tiene 3 aspectos: presencia, conciencia y responsabilidad. Propone que vivas en el aquí y ahora –como viene proponiendo el budismo desde hace mucho; presencia, que tiene que ver con qué parte de ti está aquí ahora, y tiene que ver también con no desaprovechar lo que está fructificando. Conciencia, para darte cuenta de que estás aquí, de lo que sientes, piensas y haces, y poder aplicar lo que has ido aprendiendo durante la vida. Y responsabilidad, que también se le puede llamar libertad, para no dejar que se atrofie la capacidad de responder. Algunos de sus preceptos fueron:
-
-
- Vive ahora, es decir, preocúpate del presente, más que del pasado o del futuro.
- Vive aquí, relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
- Deja de imaginar: experimenta lo real.
- Abandona los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa.
- Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
- Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no restrinjas tu percatarte.
- No aceptes ningún otro “debería o tendría” más que el tuyo propio: no adores a ningún ídolo.
- Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
- Acepta ser como eres.
-
Todo esto ha hecho de la Terapia Gestalt el modelo de Psicoterapia más extendida y exitosa, una herramienta muy potente para afrontar las adversidades que encontramos en la vida, y al mismo tiempo, sirve para el autoconocimiento, el desarrollo personal y el proceso de ser cada vez personas más completas y sanas.